Estas croquetas son ideales para comerlas solas con una ensalada o para acompañar
un plato ligero. La preparación termina friéndolas vuelta y vuelta, de todos modos no
quedan grasosas. La opción de llevarlas al horno es válida pero quedan más secas.
Rinde 20 croquetas de 50 gs cada una.
Para las croquetas
3 cdas. de aceite de oliva
300 g de cebollas de verdeo
1 cda. de jugo de limón
800 g de arvejas congeladas (yo prefiero las de paquete).
20 g de hojas de menta picadas finas
1 cda. de semillas de sésamo negras
Ralladura de 1 limón
1 huevo
1 diente de ajo picado
Sal y pimienta
Para rebozar
3 huevos
100 gs de harina (o maicena)
150 gs de panko (o rebozador de arroz integral)
Salsa de acompañamiento
3 cda. de aceite de oliva
1 cda. de salsa de soja
1 diente de ajo confitado (ver receta en Rose tips)
1 cda. de menta picada
Procedimiento
Descongelar las arvejas.
Saltear la cebolla de verdeo picada en el aceite de oliva durante 10 minutos hasta que
queden bien blandas. Agregar el jugo de limón, cocinar un par de minutos más y
reservar.
Triturar levemente las arvejas en una procesadora, colocarlas en un bol y agregar las
cebollas salteadas, la menta, el ajo, el huevo, la ralladura de limón, las semillas de
sésamo una pizca de sal y pimienta negra a gusto.
Forrar una placa para horno con papel manteca. Disponer las croquetas sobre la placa
y congelar un par de horas hasta que endurezcan.
Retirarlas del freezer, pasarlas por harina, huevo y panko o los alternativos sugeridos
para la versión sin gluten. En este punto se pueden congelar o bien, freír.
Calentar en una sartén el aceite de girasol a fuego vivo durante 5 minutos. Bajar a
fuego medio y freirlas en tandas durante 4 minutos, dándolas vuelta una sola vez,
hasta obtener una coloración dorada de ambos lados.
Servir acompañada por la salsa.