El jengibre es un rizoma fibroso y muy cargado de líquido en su interir. Todo el sabor está concentrado en su jugo. Por eso, para optimizar su uso les recomiendo que lo rallen con un rallador fino, tomen la pulpa rallada con la mano y apretenla bien hasta obtener su jugo. La pulpa se descarta. Ese jugo se puede usar en licuados, salsas, tragos, aderezos…
Si lo van a conservar en la heladera, conviene hacerlo dentro de un frasquito de vidrio con unas gotitas de limón, ya que el jengibre es altamante oxidable y el jugo se pondrá marrón con los días.
Antes de usarlo, remover el frasco con una cucharita por tiene un pequeño sedimento que tiende a decantar.