Recibir cambió de modalidad, por lo menos durante un tiempo que no se sabe aún, cuan lejano o cercano será. Las recomendaciones son claras: invitar de a grupos chicos y lo más cercano a nuestra burbuja social. Esta modalidad devolvió a nuestras reuniones un encanto especial donde recuperamos el valor de lo íntimo y de reuniones que empiezan y terminan más temprano. Las mesas son menos concurridas y los espacios entre comensales más generosos, pero no ello deben perder su encanto.
La época se presta para el aire libre, por lo tanto si tenemos espacio, balcones, jardines, terrazas o decks, serán los escenarios más acertados para minimizar los riesgos.
En teoría todos deberían llegar con barbijo y permanecer con él hasta el momento de comer. En la práctica sabemos que esto no sucede así.
Preparar la casa
No obstante hay que preparar la casa y los espacios por el bien de todos. La entrada de las casas nos deben recibir con alcohol en gel y la alfombra sanitaria. Hay quienes nos harán quitar los zapatos (me pasó) y por más que esto nos parezca exagerado, debemos respetar las condiciones del anfitrión. Ningún buen anfitrión que exija esto, nos dejará caminando descalzo, por el contrario, nos ofrecerá algo para proteger nuestros pies.
Al igual que en la entrada, el baño social deberá contar con alcohol en gel, jabón en dispensador (no en barra) toallas de mano descartables y tacho de basura con pedal, para evitar tocar la tapa y si tuviera alguna ventana, siempre abierta. Nunca debe faltar el florerito con alguna flor y una vela con rica fragancia.
Lo aconsejable es que la casa esté ventilada con ventanas enfrentadas que hagan corriente y poner todos los esfuerzos en recrear un lindo ambiente usando los preferentemente los espacios exteriores.
El saludo
El saludo puño o codo debe ser al llegar y también al partir. No se por qué curiosa razón todos respetamos el saludo covid cuando llegamos, pero al despedirnos, el beso y el abrazo salen por impulso, como si el hecho de compartir una comida nos hubiera inmunizado!
Poner la mesa
Mantener distancia entre los invitados, también al sentarlos en la mesa, y si nuestra mesa fuera chica, entonces lo ideal es optar por algún plato al tenedor, que brinda mayor libertad con los espacios. Si la modalidad “sentados a la mesa” es la que más les gusta, calculen dos personas menos de la capacidad real de su mesa, para que haya un espacio holgado entre los comensales.
Si al estar afuera, ofrecen mantas a sus invitados, al partir deberán ser lavadas, por más efímero que haya sido su uso.
En cuanto a la vajilla, lo más peligroso son las servilletas y las copas. Las primeras preferentemente deben ser descartables y darle la posibilidad a los invitados a que las arrojen por su cuenta al terminar de usarlas, colocando un cesto paquetón en algún lugar discreto. Existen servilletas descartables lindas, que parecen de tela y que además tienen muy buen tamaño y duran toda la comida, no así las de papel papel, que se vuelan y no duran más de tres secados labiales.
Para las copas, recomiendo los marcadores de copas que se venden en todas partes o bien los marcadores indelebles, para que cada cual escriba su nombre y las identifique fácilmente y, si van a servir un aperitivo, que sea en shots o pequeños recipientes, para evitar el contacto por manoseo. Para los que tengan lavavajillas, lo ideal es usarlo ya que evitamos el manoseo de las cosas.
La comida
En cuanto a la comida, todo depende de lo que sirvan: si ofrecen asado o pescado a la parrilla, lo más práctico es que el invitado se acerque a la parrilla con su plato y se sirva directamente.
Si la comida es sushi conviene es tener un par de pinzas de servir al lado de las fuentes y usarlas para servirse las piezas. Levantar las porciones con los propios palitos que nos llevamos a la boca para después tomar otra pieza de la fuente, no es lo más higiénico que existe, con o sin corona. Otra solución es servirse las piezas con el extremos de los palitos que no usamos, depositar la pieza en el plato, girar los palitos y comerlo. De esa manera no tocamos los rolls de la fuente con la parte que nos llevamos a la boca.
Evitemos la fondue en todas sus versiones, la bagna cauda, y todos los menús que involucren el toqueteo de los platos por lo menos hasta que esto pase.
Ante la duda, declinar una invitación no implica una descortesía, todo lo contrario, es más que entendible y, preguntar si asistirá la cantidad de gente permitida según la fase en la que se encuentre el país, es una pregunta obligada si queremos asegurarnos detalles del tipo de reunión a la que asistiremos. Podremos seguir disfrutando pero sin dejar de atender las medidas de seguridad y en estos momentos la cortesía máxima que puede brindar un anfitrión, es la de cuidar a sus invitados.